Conclusión
Creo que el arte latinoamericano —tanto la palabra escrita como la imagen plasmada en lienzo— ha sido decisivo para forjar nuestra identidad colectiva. Al descubrir a estos autores y pintores, he comprendido cómo con su creatividad denunciaron injusticias y celebraron la riqueza de nuestras raíces. Como estudiante de artes plásticas, me conmueve su valentía: me han mostrado que mi voz también puede transformar la realidad. Su legado me impulsa a usar mis pinceles para retratar los anhelos y contradicciones de nuestra sociedad, a cuestionar lo establecido y a proponer nuevos caminos. En definitiva, quiero honrar su ejemplo ofreciendo, a través de mi obra, una mirada crítica y esperanzadora sobre los desafíos de Latinoamérica, para que su historia y su memoria sigan vivos.